no somos nada

Primero que nada, disculpas por no escribir desde hace tiempo.
Segundo. La cagó lo frenético que se vuelve fin de año. Fiestas por aquí, por allá; celebraciones varias. Navidad consumista, año nuevo oneroso... como si el fin de año hubiera que vivirlo todo desde afuera, lo que regalo, lo que hago o lo que no hago...Es fin de año nomás, no se acaba el mundo (aunque pareciera que eso pasa cada 365 días)

Pero bueno, para que ponerse tan denso. Se acaba de ir un año bacán. Un año que me trató más que bien. Conocí nuevas personas, amigos y situaciones; inmensamente agradecido de los días que pasaron. Cada vez más contento en la universidad, esperando ansiosamente que pasen los ramos y semestres, para disfrutarlos y pasarlo bien.

Ahora viene un período de relajo, un mes para hacer nada, para estar tres horas mirando el cielo sin pensar (vaya novedad). Una recarga de baterías para el año que viene. no vamos a decir que será muy estresado, ni muy estudiado, no es la idea. Pero igual hay que juntar fuerzas para hacer todo lo que quiero repetir, lo que no he hecho y lo que no voy a hacer. Para seguir pasándolo bien, sin preocuparme en exceso de resultados y evaluaciones.
Para preocuparme de vivir la vida sin culpas ni arrepentimiento. Para aprovechar lo que puedo hacer y no lo que podré hacer. Quizás ese después no va a existir; para que perder la oportunidad entonces.

Porque creo que esa es la mentalidad que vale, vivir ahora y no después